Seguro que en más de una ocasión tú también has sufrido pesadillas.
Pues bien, aunque parezca algo totalmente normal y sin importancia, éstas están consideradas como uno de los trastornos primarios del sueño en el DSM IV.
Las pesadillas consisten en sufrir despertares repetidos que también repentinos, causados por sueños espeluznantes y extensos que dejan recuerdos vívidos.
Lo que diferencia las pesadillas de los terrores nocturnos es que al despertar de una pesadilla la persona se encuentra totalmente despierto y orientado.
Si una persona sufre pesadillas repetidamente, estará más predispuesta a sufrir deterioro mental y social, y sin duda, afectará a gran parte de su actividad normal.
Las pesadillas se suceden durante las fases REM del sueño. En esta etapa del sueño se producen movimientos oculares rápidos, de ahí su nombre (rapid eye movement). En este momento, la mayoría de los músculos del cuerpo están paralizados, el flujo sanguíneo del cerebro se acelera y la respiración es más rápida y entrecortada. Aquí se producen los sueños y las pesadillas, pero el cerebro deja de enviar señales a la médula espinal, y por eso no los llevamos a la acción.
Pues bien, como la naturaleza es sabia, las pesadillas no emergen en nosotros sólo para que pasemos un rato horripilante y para que no podamos resistir las ansias de estrujar el peluche más cercano o la almohada, sino que también tienen su función. A través de ellas podemos interpretar situaciones de nuestra vida diaria, e incluso identificar problemas que aparentemente no creemos tener. Si llegamos a entender el por qué de susodichas pesadillas, podremos llegar a las causas de éstas y ponerle solución.
Desafortunadamente o afortunadamente, no podemos evitarlas. Puesto que es lógico que seguirán viviendo cosidas con hilos aterradores a nosotros, lo más beneficioso es que tratemos de sacarles partido interpretándolas.
Si tus pesadillas te obsesionan quizás deberías recurrir a un psicólogo que te guíe por el mundo onírico.
He aquí un maravilloso cuadro de Nicolaj Abraham Abildgaard. Espero que no os cause congoja esta noche.